Nuestro alumno Álvaro Morales Magdaleno galardonado con el primer premio del certamen de relatos en nuestro Colegio con la la historia "¡Sé la luz!. Felicidades.
¡SÉ
LA LUZ ¡
Jeff, un
niño de 10 años, se levantó como siempre, una invernal mañana de
domingo. Se sorprendió, cuando al bajar a la cocina, descubrió el
desayuno preparado y a sus padres desayunando.
A media
mañana, decidió que sería divertido salir a jugar a la nieve con
sus amigos. Jeff, se lo estaba pasando muy bien, pero de repente, su
mejor amigo, mientras esquiaba, se cayó y se rompió una pierna.
En ese
momento Jeff, buscó rápidamente a sus padres para que pudieran
llevarlo al hospital. Él mientras tanto esperó en casa con sus
abuelos mientras sus padres volvían con el diagnóstico de su amigo.
Estaba
desesperado, pasaban las horas y no tenía noticias. ¡Por fin!, la
puerta de la casa se escuchó, ¡Ya estaban de vuelta!
Jeff
observó las caras de sus padres y empezó a preocuparse.
A sus
padres les costaba responder, pero al final le dijeron que la cosa
había sido grave por el golpe en la cabeza además de la rotura de
la pierna. Smith había entrado en coma y se encontraba muy grave.
Jeff ,
no pudo soportar la noticia y roto de dolor, subió corriendo a su
cuarto y cerró la puerta con cerrojo. No paraba de llorar; era casi
imposible consolarse, porque no entendía cómo con lo bien que se lo
estaban pasando pudiera haber sucedido ese accidente.
Al día
siguiente fue a visitar a Smith Greg al hospital. Al verlo, sintió
una profunda tristeza y a la vez ganas de ayudarlo a levantarse de la
cama. Salió de allí pensando cómo podría ayudarle.
Esa
noche Jeff dormía en su habitación, hasta que lo despertó una luz
que venía de la pared. De repente apareció una mujer vestida de
blanco y negro, ¡Era Drisela, la reina del País de los Recuerdos
Salvados!
Jeff
aceptó encantado, no estaba dispuesto a perder a Smith Greg. Juntos
atravesaron la luz y llegaron al País de los Recuerdos Salvados.
Tras visitarlo, Drisela le dio un mapa que le llevaría al volcán
“Te salvas o mueres de tristeza”. Allí vivía un mago
todopoderoso llamado Magigante, era el encargado de raptar a los
visitantes y borrar sus recuerdos.
A la
mañana siguiente, Jeff emprendió el camino. Junto a un río
encontró a un duende bromista. Los dos se hicieron amigos, y el
duende tras conocer la situación de Jeff decidió acompañarlo.
Más
tarde se descubrieron a una chica que tenía alas, se llamaba
Auroléfica. Jeff le propuso que los acompañara y a cambio la
llevaría al mundo real.
Caminaron
horas y horas hasta que se encontraron con un matemático profesional
llamado Miguel que aceptó encantado acompañarlos.
Por
último, conocieron a Álvaro, a él le gustaban mucho las ciencias
naturales y de mayor quería ser anestesista. ¡Ya estaba la pandilla
al completo!, decidieron llamarla: ¡Sé
la luz!.
Todos
muy contentos siguieron su camino hasta llegar a su destino.
Magigante salió de su volcán a recibirlos y les retó a tres
pruebas: 1ª) 50 metros en 30 segundos, 2ª) 5 km corriendo sin parar
y la 3ª saltar 3 metros en el aire.
Los
chicos no le tenían miedo, consiguieron pasar las dos primeras
pruebas con éxito. Terminaron muy cansados y temían no conseguir la
última prueba.
La
pandilla, para fortalecerse inventó un lema…, el mismo nombre de
su grupo; todos gritaron a la vez ¡Sé
la luz !
De repente se elevaron del suelo como por arte de magia.
Así fue
como lograron la pócima. Muy contentos volvieron al mundo real.
Fueron al hospital y Álvaro inyectó la pócima a Smith. La pandilla
se dio de la mano y juntos gritaron al unísono: ¡Sé
la luz¡¡Sé la luz!
A los
pocos segundos el chico despertó y abrazó a su mejor amigo. ¡Lo
habían conseguido!
Estuvieron
todo el día en el mundo real. Y contaron a Smith todo lo sucedido.
La
pandilla se mantuvo durante muchos años salvando recuerdos y
viviendo momentos inolvidables.
Y
siempre con su lema: ¡Sé
la luz!